
¿CUÁL ES LA RAZÓN DE QUE ACALLEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS? EN MUCHAS OCASIONES PENSAMOS QUE “ESTAR BIEN” POR FUERA ES EL REFLEJO DE QUE POR DENTRO SOMOS FELICES. POR LO TANTO, TRATAMOS DE “ESTAR BIEN” EL MAYOR TIEMPO POSIBLE, SIN DARNOS CUENTA DE QUE SÓLO CUANDO ESTE ESTAR BIEN ES SINCERO, CUANDO ES EL RESULTADO DE HABER SUPERADO AQUELLOS BLOQUEOS EMOCIONALES, ES CUANDO PODEMOS SENTIRNOS PLENOS.
A veces un hecho tan simple como reconocer que nos sentimos tristes o enfadados ya nos libera. Y darnos permiso para estarlo es un acto de comprensión hacia nosotros mismos. A partir de ahí podemos gestionar esa emoción.
En primer lugar, hacernos responsables a nosotros mismos de dicha emoción (y a nadie más). Tomar conciencia de que es nuestra interpretación de la situación lo que hace que pensemos determinadas cosas con las que nos sentimos así.
En segundo lugar, aprender qué necesitamos darnos a nosotros mismos que no hemos estado dándonos. Quizás estamos esperando que otros lo hagan por nosotros, que nos hagan sentir de aquella manera que supla nuestras propias carencias.
Y en último lugar, aprender a perdonarnos. El perdón de verdad no tiene culpables. Es el perdón que no tiene nada que perdonar. Cuando tomamos conciencia de que hemos actuado bajo programas del pasado grabados en nuestro subconsciente, eliminamos la palabra culpa y la sustituimos por responsabilidad, y simplemente comenzamos a querernos y comprendernos más a nosotros mismos, el perdón ya viene intrínseco. Es sólo entonces cuando comenzamos a subsanar nuestras carencias por nosotros mismos, y a agradecer que el mundo externo nos haya reflejado aquello que necesitábamos darnos, porque de otra manera…¿cómo habríamos podido darnos cuenta de que lo necesitábamos?